Jesús Estarque Moreno, licenciado en derecho, es abogado del Ilustre Colegio Provincial de Abogados de Pontevedra; exalumno del Colegio Sagrado Corazón. Especialista en Derecho Civil, Penal y Administrativo-Fiscal.
CHARLA JESÚS ESTARQUE 2014
Un curso más contamos en nuestro centro con la presencia de Jesús Estarque Moreno, abogado y ex alumno, que ha dirigido una conferencia a los alumnos y alumnas de 4º de ESO en el marco de las IV Jornadas de Orientación.
Tras comentar a los alumnos y alumnas el grato recuerdo que guarda de su paso por el colegio nada menos que durante quince años de escolarización, Jesús ha disertado sobre la importancia de formarse en profundidad, ya que, según sus propias palabras, “formación equivale a oportunidades”. En este sentido ha realizado un importante alegato a la cultura del esfuerzo, que nos permitirá realizar nuestras aspiraciones profesionales y vitales.
La historia familiar de Jesús Estarque está vinculada por un lado al Colegio Sagrado Corazón, en el que se han educado también sus hermanos (uno de ellos ejerce la docencia en nuestro centro) y por otro lado al mundo del Derecho, ejerciendo su profesión en el bufete familiar inaugurado por su padre hace más de medio siglo, lo que le ha aportado un conocimiento muy directo de la profesión. Cuando Jesús habla de vocación, habla además de esfuerzo y de preparación, pero, además, habla de puertas abiertas a realidades muy diversas. Desde el ejercicio libre de la profesión (tal es su caso) hasta el trabajo asalariado, o el acceso, previa oposición, a diferentes estamentos del funcionariado. La clave para ejercer la abogacía en cualquiera de las posibilidades mencionadas depende de lo que se quiera hacer, es decir, depende fundamentalmente de “ser uno mismo: tienes que estar contento con tu trabajo”.
No obvió Jesús las dificultades que entraña la equivalencia de titulaciones con algunos países del extranjero. La validez internacional de la titulación puede ser en algún caso discutible. A pesar de todo, la experiencia de vivir en el extranjero y de adquirir un nuevo idioma debería formar parte del aprendizaje vital del alumno universitario.
Con la pregunta “¿Qué hace un abogado?”, Jesús abordó el tema central de su ponencia, “Derechos y deberes de los ciudadanos”. Concretamente, “¿qué hace un abogado en el juzgado?”, pues esa es la rama que nuestro ponente ha elegido de entre todas las posibles tras obtener el título. El abogado debe defender y ayudar. Además, debe estar preparado para la frustración porque siempre, al otro lado, hay otro abogado, el de la parte contraria, que cobija idéntica pretensión: ganar el caso. “Se suma más que se resta cuando se ayuda”, decía Jesús a nuestros alumnos.
Y para terminar, “el dilema moral”. Acostumbrados como estamos todos hoy en día a las noticias que en su mayoría proceden de juzgados y comisarías o se originan en la comisión de delitos graves, Jesús Estarque les plantea a los alumnos la licitud del derecho a la defensa de todos los ciudadanos, aún aquellos que, una vez analizada la veracidad de las pruebas, pueda concluirse que han cometido los delitos considerados como más execrables. El ejercicio libre de la profesión permite siempre al abogado aceptar o rechazar la defensa de un ciudadano. No así el turno de oficio, que garantiza la justicia gratuita para todos los ciudadanos, independientemente del delito cometido. En cualquier caso, afirma Jesús, “nunca debe negarse a un ciudadano el ejercicio de sus derechos, incluido el derecho a ser defendido”.
Apelando nuevamente al esfuerzo, a la preparación y actualización constante que debe regir el ejercicio de cualquier profesión y en particular la abogacía, dado el enorme conjunto de leyes, decretos y normas que se aprueban y publican cada año en las distintas administraciones del Estado, Jesús Estarque terminó su ponencia haciendo especial hincapié en la importancia de las habilidades sociales y el trato humano como pilares fundamentales en su trabajo.
Pilar Cortizo
Tras comentar a los alumnos y alumnas el grato recuerdo que guarda de su paso por el colegio nada menos que durante quince años de escolarización, Jesús ha disertado sobre la importancia de formarse en profundidad, ya que, según sus propias palabras, “formación equivale a oportunidades”. En este sentido ha realizado un importante alegato a la cultura del esfuerzo, que nos permitirá realizar nuestras aspiraciones profesionales y vitales.
La historia familiar de Jesús Estarque está vinculada por un lado al Colegio Sagrado Corazón, en el que se han educado también sus hermanos (uno de ellos ejerce la docencia en nuestro centro) y por otro lado al mundo del Derecho, ejerciendo su profesión en el bufete familiar inaugurado por su padre hace más de medio siglo, lo que le ha aportado un conocimiento muy directo de la profesión. Cuando Jesús habla de vocación, habla además de esfuerzo y de preparación, pero, además, habla de puertas abiertas a realidades muy diversas. Desde el ejercicio libre de la profesión (tal es su caso) hasta el trabajo asalariado, o el acceso, previa oposición, a diferentes estamentos del funcionariado. La clave para ejercer la abogacía en cualquiera de las posibilidades mencionadas depende de lo que se quiera hacer, es decir, depende fundamentalmente de “ser uno mismo: tienes que estar contento con tu trabajo”.
No obvió Jesús las dificultades que entraña la equivalencia de titulaciones con algunos países del extranjero. La validez internacional de la titulación puede ser en algún caso discutible. A pesar de todo, la experiencia de vivir en el extranjero y de adquirir un nuevo idioma debería formar parte del aprendizaje vital del alumno universitario.
Con la pregunta “¿Qué hace un abogado?”, Jesús abordó el tema central de su ponencia, “Derechos y deberes de los ciudadanos”. Concretamente, “¿qué hace un abogado en el juzgado?”, pues esa es la rama que nuestro ponente ha elegido de entre todas las posibles tras obtener el título. El abogado debe defender y ayudar. Además, debe estar preparado para la frustración porque siempre, al otro lado, hay otro abogado, el de la parte contraria, que cobija idéntica pretensión: ganar el caso. “Se suma más que se resta cuando se ayuda”, decía Jesús a nuestros alumnos.
Y para terminar, “el dilema moral”. Acostumbrados como estamos todos hoy en día a las noticias que en su mayoría proceden de juzgados y comisarías o se originan en la comisión de delitos graves, Jesús Estarque les plantea a los alumnos la licitud del derecho a la defensa de todos los ciudadanos, aún aquellos que, una vez analizada la veracidad de las pruebas, pueda concluirse que han cometido los delitos considerados como más execrables. El ejercicio libre de la profesión permite siempre al abogado aceptar o rechazar la defensa de un ciudadano. No así el turno de oficio, que garantiza la justicia gratuita para todos los ciudadanos, independientemente del delito cometido. En cualquier caso, afirma Jesús, “nunca debe negarse a un ciudadano el ejercicio de sus derechos, incluido el derecho a ser defendido”.
Apelando nuevamente al esfuerzo, a la preparación y actualización constante que debe regir el ejercicio de cualquier profesión y en particular la abogacía, dado el enorme conjunto de leyes, decretos y normas que se aprueban y publican cada año en las distintas administraciones del Estado, Jesús Estarque terminó su ponencia haciendo especial hincapié en la importancia de las habilidades sociales y el trato humano como pilares fundamentales en su trabajo.
Pilar Cortizo